Bitcoin y reglamentación

Regulaciones de Criptomonedas en 2025: Cambios Legales en EE. UU., UE y China

En 2025, la regulación global de las criptomonedas sigue evolucionando con rapidez. Las jurisdicciones más influyentes del mundo—Estados Unidos, la Unión Europea y China—han adoptado caminos normativos distintos, impulsados por sus prioridades nacionales y estrategias de gestión de riesgos financieros. Este artículo examina los principales cambios legislativos que están teniendo lugar en estas regiones a junio de 2025, destacando el enfoque de cada gobierno sobre los activos digitales, la protección del inversor y el desarrollo de monedas digitales de banco central.

Marco regulador en EE. UU.: claridad y control

En Estados Unidos, 2025 marcó un punto de inflexión en la regulación cripto. Tras años de disputas entre la SEC y la CFTC, se aprobó en mayo la Ley de Estructura del Mercado de Activos Digitales (DAMS Act). Esta legislación establece una distinción clara entre productos digitales como mercancías y como valores, proporcionando certeza jurídica a intercambios y desarrolladores.

Según la nueva ley, criptomonedas como Bitcoin y Ethereum se clasifican como mercancías digitales, bajo regulación de la CFTC. Los tokens emitidos mediante ICO, sin embargo, caen bajo la supervisión de la SEC como valores. Este modelo de regulación dual ha sido bien recibido por reducir la inseguridad jurídica.

Además, las stablecoins ahora están bajo supervisión federal. La Ley de Transparencia y Supervisión de Stablecoins exige auditoría en tiempo real, requisitos de reservas y licencias obligatorias para emisores. Tanto bancos como empresas fintech deben cumplir estas normas si operan con stablecoins respaldadas por el dólar.

Impuestos y medidas contra el lavado de dinero

Paralelamente a las reformas estructurales, las autoridades fiscales han intensificado la vigilancia. Desde junio de 2025, todas las transacciones cripto mayores de 200 dólares deben ser declaradas, según la nueva normativa del IRS. Proveedores de billeteras y aplicaciones descentralizadas deben aplicar protocolos KYC obligatorios.

Además, FinCEN ha impuesto nuevos requisitos para transferencias cripto internacionales superiores a 1.000 dólares. Exchanges y brokers deben identificar a los remitentes y receptores, incluso si se utiliza una billetera no custodial.

Estas medidas reflejan una postura firme de Washington frente al uso ilícito de activos digitales, mientras se fomenta la inversión institucional mediante seguridad legal.

Enfoque de la UE: armonización con MiCA

La Unión Europea sigue liderando en regulación estructurada con la entrada en vigor completa del reglamento MiCA (Markets in Crypto-Assets) en enero de 2025. Este se aplica a los 27 estados miembros, creando un marco armonizado de licencias, requisitos de capital y protección al consumidor.

Con MiCA, los proveedores de servicios cripto deben registrarse en un país miembro para operar en toda la UE. Este modelo de “pasaporte” ha estimulado la innovación transfronteriza, especialmente entre startups. También se establecen reglas para stablecoins (“tokens referenciados a activos”) y e-money tokens, limitando operaciones diarias sobre los 200 millones de euros si el emisor no es una entidad bancaria licenciada.

La sostenibilidad ambiental sigue siendo prioritaria. Las criptomonedas basadas en proof-of-work están sujetas a obligaciones de divulgación sobre eficiencia energética. Aunque no hay prohibición, ESMA exige que los exchanges reporten la huella de carbono de los criptoactivos de alto impacto.

Privacidad de datos y regulación de DeFi

Uno de los avances más relevantes en la UE es el reconocimiento legal de proyectos de finanzas descentralizadas (DeFi). Para operar legalmente bajo MiCA, las plataformas DeFi deben cumplir normas de gobernanza transparente, mecanismos automatizados de cumplimiento y auditorías de contratos inteligentes.

Además, la Junta Europea de Protección de Datos (EDPB) ha emitido directrices sobre privacidad cripto para alinear los registros en blockchain con el RGPD. Las direcciones de billeteras vinculadas a usuarios se consideran ahora datos personales, imponiendo estrictos controles sobre su almacenamiento y divulgación.

La UE busca equilibrar innovación y protección del usuario, estableciendo un estándar global para responsabilidad cripto y derechos digitales.

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Estrategia de China: control estatal y yuan digital

A diferencia de Occidente, China mantiene la prohibición general sobre el comercio y minería de criptomonedas. No obstante, en 2025 ha ampliado significativamente su iniciativa del yuan digital. El Banco Popular de China ha extendido programas piloto a más de 70 ciudades, con adopción obligatoria en empresas estatales y servicios públicos.

Según las autoridades chinas, el e-CNY mejora la eficiencia de pagos y reduce la dependencia de sistemas financieros globales. En junio de 2025, se lanzó un programa de incentivos nacionales que ofrece reembolsos en e-CNY para compras cotidianas, lo que elevó las transacciones diarias a más de 100 mil millones de yuanes.

También avanzan las pruebas transfronterizas. China colabora con Emiratos Árabes y Singapur para usar e-CNY en comercio internacional vía blockchain autorizada, sin necesidad de SWIFT y mejorando la liquidez inmediata.

Aplicación de la ley y diplomacia global

Aunque China mantiene su veto a criptomonedas descentralizadas, su control es ahora más específico. Algoritmos detectores de minería se implementan vía operadoras de telecomunicaciones para cerrar granjas no autorizadas. Exchanges extranjeros que operan en China son bloqueados con regularidad.

A nivel internacional, China impulsa una gobernanza multilateral sobre activos digitales. En la Cumbre BRICS de junio 2025, propuso un foro global para coordinar protocolos anti-fraude e interoperabilidad entre monedas digitales. Esto refleja su interés por liderar la economía digital sin perder control estatal.

En definitiva, el enfoque regulador chino se basa en control estatal, infraestructura centralizada e influencia internacional—un contraste claro con los modelos descentralizados occidentales.